Si bien suelo encontrar inspiración para la narrativa en las reuniones con quienes confían en IDEM hoy la regla no se cumple. Esta semana obtuve el 
fruto a un desafío auto-impuesto. ¡Sí! Alcance la meta que me había propuesto. Es así que, el tema surge de mi conversación interior. No quiero que esto resulte una descripción de mi proceso, de las emociones que sentí en el mientras tanto ni cuando el éxito. Tampoco de mis auto-conversaciones ni de las técnicas de motivación empleadas. Quiero frenar y preguntarte ¿qué haces vos con tu potencial?
Como les contara en otra entrada, hubo en mí una época de búsqueda marcada. Un período de enormes preguntas y muy pocas respuestas. Por lo general me encontraba con un gran y sentido “no se”. De la misma manera, juzgo que cuando uno se alinea y canaliza sus ansias, ganas y pone foco en los cómos por sobre el qué incial, las cosas terminan saliendo. Quizás no exactamente como a uno le gustaría, pero sí y al fin ocurriendo. La brecha entre la realidad y lo perfecto, si sos de capitalizar, se llama aprendizaje. Me fui. Retomo.
Si leíste los contenidos de la página principal de IDEM sabes que apoyo la creencia que venimos al mundo siendo armónicos; en acto líderes de nuestra vida. Sí. También es verdad que la “cosa” no termina ahí y que necesitamos de los demás, pero, lo que quiero dejar en claro es que, para quienes y como somos en ese momento, somos seres perfectos. Nuestras únicas necesidades son fisiológicas. Según avanzamos en años nuestras “necesidades” se van transformando y nosotros con ellas. Y, mientras no hayan apegadas ganas de ser, mi verdadero ser, mi potencial, mi yo se mantiene en línea, soy el verdadero protagonista y actor de mi vida y, a la vez, tengo la potencia justa para vivir aquello que quiero y es para mí. Soy en acto quien soy en ese momento de mi existir sin resignar mi armonía y perfección.
A esta altura ya debes estar en la pregunta difícil: ¿cómo se si estoy cerca o lejos de ser armónico y perfecto? Te lo voy a responder con otra pregunta. ¿Cuáles son las emociones que soles experimentar? Si te sentís positivo y libre, liviano y tranquilo, como siempre digo, pasá a lo próximo; lo que sigue
no es para vos. Ahora bien, si habitas la ansiedad, la resignación o el resentimiento, la ira, cólera, melancolía, preocupación y en definitiva el miedo, éstas son la clara muestra de que tu potencia y tu acto no están alineados con tu tiempo, con tu existir. Análogamente y al extremo, por ejemplo, si vivís pendiente de lo que pudiera pasar y por tanto buscaras tener todo bajo control estarías adelantado y, por el contrario, si vivís pensando en que hubiese sido si hubieras (o no) hecho tal o cual cosa o recordando los buenos viejos tiempos, estarías atrasado. Desalineado. Desafinado. Y así, en este estado anímico, tus metas y deseos van a ser mayoritariamente anhelos.
La palabra anhelo viene del latín anhalare (respirar con dificultad, jadear) y significa: deseo intenso de conseguir algo.
Llegado el caso en que lo leído te hubiera hecho sentido, si sentís que tenes más anhelos que logros, y quisieses conversar acerca de ello, no dudes en contactarnos haciendo click aquí
Muchas Gracias.
¡Hasta la próxima!